Entre polarizaciones y divisiones

 In Caminando en Justicia, Política y Justicia Económica

Este es el mes de las Conferencias Anuales de las Iglesias Metodistas en México y Estados Unidos, y durante este tiempo he podido observar situaciones preocupantes. En ambos países hemos visto cómo ha crecido la polarización con respecto a diferentes asuntos como: la inclusión de las diversidades sexuales en la iglesia, el aborto y las relaciones ecuménicas, temas que en algunos casos, se usan como un pared de humo para no hablar de uno de los temas fundamentales, el aspecto económico.

 En el norte de México, se experimenta una fuerte avanzada del pensamiento sectario que Justo L. González define de la siguiente manera:

“Como el nombre lo indica, una secta es un grupo que toma un sector de la realidad y de la experiencia como si fuese el todo. El término <<secta>> por sí mismo no dice nada acerca de la verdad o falsedad, ortodoxia o heterodoxia de las enseñanzas de un grupo. Lo que quiere decir es que un grupo, no importa cuán ortodoxo sea, yerra en cuanto considera que su propio sector de la realidad, su propia perspectiva limitada, son toda la realidad o la única perspectiva posible… en cuanto se considera a sí misma como la única ortodoxia posible se vuelve sectaria.”[1]

El modo de actuar de las autoridades de la iglesia, se ha inclinado por considerar su realidad como la única posible, y en su intento por protegerse del «gran peligro de la relatividad posmoderna», se han convertido en una inquisición que no tolera las diferencias, que persigue, difama, segrega y hasta expulsa a quienes piensan diferente.

Esto sin profundizar en las posiciones frente al Ecumenismo, ya que al menos en México, en la Conferencia General  del pasado mes de mayo, se decidió salir del Consejo Mundial de Iglesias, justamente por el temor y la preocupación de convivir con otras confesiones de fe cristiana, y ni qué decir de las posibilidades del diálogo interreligioso. Estamos hoy ante la tendencia del “ghetto proselitista” que Hugo Córdova describe como: “vivir la fe cristiana en aislamiento del resto de las religiones, sólo estableciendo contacto con ellas a fin de «cristianizarlas»[2].

Hoy por hoy, ya no nos interesa tener diálogos con personas de nuestra misma tradición de fe, y mucho menos con personas de otras religiones, poco importa si el propósito de dicho diálogo tiene que ver con proveer soluciones para nuestro herido mundo.

Y en medio de todo lo que acontece escuchamos el eco de Juan 17:21 “para que todos sean uno. Padre, así como tú estás en mí y yo en ti, permite que ellos también estén en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado.”

Doloroso es ver que hoy por hoy, la iglesia, encargada de testificar de manera práctica el amor de Dios, decida cerrar su mente, corazón y puertas a las posibilidades de vivir de manera diferente nuestra fe.

Por su parte, la Iglesia Metodista Unida están en los inicios de un doloroso proceso de separación por el tema de la plena inclusión de la comunidad LGBTQI+ en la iglesia. El 1 de mayo del presente año, tras varios años de discusión y diálogo, la Iglesia Metodista Global dio inicio como una nueva denominación. En esta facción se encuentras los grupos más conservadores, que no están de acuerdo con el tema, y que aprovecharon su salida para hacer un rediseño a la estructura de su nueva organización.

Justamente hace una semana, se dio una situación muy dolorosa en la Conferencia Anual de Florida, cuando en plena sesión se decidió no aprobar una lista completa de 16 personas para avanzar en el camino hacia la ordenación como presbíteros y diáconos.[3] La decisión se dió, porque entre las 16 personas había al menos dos personas homosexuales. Esto desconcertó a muchos y subrayó el conflicto de la denominación sobre la inclusión de la comunidad LGBTQI+.

Hasta ahora no se tiene una cifra total de la cantidad de iglesias y ministros que han procedido a desafiliarse de la Iglesia Metodista Unida, esto apenas comienza, y le acompañan un montón de dudas y senti-pensares que nos dejan con muchas preguntas sobre el futuro de la iglesia.

Juan Wesley estableció 3 reglas generales destinadas a ayudar a las personas a vivir las enseñanzas de Jesús como se resume en Mateo 22: 37-40 (NRSV):

“Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente’”. Éste es el más importante y el primero de los mandamientos. Pero hay un segundo, parecido a éste; dice: “Ama a tu prójimo como a ti mismo.” En estos dos mandamientos se basan toda la ley y los profetas”.

Las reglas son las siguientes:

  1. No hacer daño
  2. Hacer el bien
  3. Cumplir con todas las ordenanzas de Dios

Como lo menciona el Rev. Gustavo Vázquez:

“No hacer daño y hacer el bien ayudó a los/as metodistas a amar a su prójimo como a ellos/as mismos/as. Al “atender todas las ordenanzas de Dios”, aprendieron a amar a Dios con todo su corazón, alma y mente. Y al reunirse todas las semanas estaban “cuidándose unos/as a otros/as en amor”.”[4]

¡Cuánto bien nos haría recordar esas sabias palabras en estos momentos! Si viviéramos procurando no hacer daño, sino hacer el bien y cumplir con los dos grandes mandamientos, quizá podríamos experimentar una realidad distinta.

Está bien diferir, muchas veces no vamos a lograr estar de acuerdo en todo, pero como el mismo Juan Wesley lo decía (citando a San Agustín de Hipona 354-430 d.C.), “en lo no esencial, libertad; en lo esencial, unidad; y en todo, caridad.”

En un mundo en el que se nos invita al odio y la exclusión, mantengamos firme nuestra esperanza. Sin temor a la otredad, recordemos que fue Dios mismo el creador de la diversidad y la libre decisión de cada ser humano. Dejemos que su Divina Ruaj sea quien nos convenza cuando estamos mal, y quien nos alinee a los planes y voluntad de nuestro Dios de amor.

La invitación está delante de nosotros, son tiempo difíciles, decidamos ser de aquellos que con tolerancia y paciencia deciden escuchar, empatizar y amar.

Referencias:

[1] Justo L. González. “Mapas para la historia futura de la iglesia”. Buenos Aires: 2001. Editorial Kairos. Pág. 93

[2] Hugo Cordova Quero. “El Desafío del Diálogo. Historia, Definiciones y Problemáticas del Ecumenismo y la Pluralidad Religiosa”. Dic-2014. Sitio disponible en internet en: https://www.researchgate.net/publication/275574092

[3] Sam Hodges, “Clergy session vote highlights LGBTQ divide”. UM News (June 13th, 2022.) https://www.umnews.org/en/news/clergy-session-vote-highlights-lgbtq-divide

[4] Rev. Gustavo Vasquez. “La Pregunta Metodista: ¿cómo empoderó Juan Wesley al laicado?”. UM News (18 de octubre de 2019). https://www.umnews.org/es/news/la-pregunta-metodista-como-empodero-juan-wesley-a-los-laicos

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