El pensamiento escatológico de Pannenberg. Parte 1

 In Caminando en Justicia, Teología y Cultura

Introducción

Wolfhart Pannenberg (1928-2014) fue un teólogo alemán que imprimió una significativa huella en la teología contemporánea y en la filosofía de la religión. Dictó cátedra de teología sistemática en la Universidad de Múnich, y posteriormente, en la Universidad de Heidelberg. Renombrado por sus trabajos sobre la relación entre la teología y la filosofía, así como por su exploración de temáticas cruciales para la cosmovisión cristiana, tales como la resurrección de Jesucristo como manifestación histórica de Dios, la naturaleza divina y la relación entre fe y razón. Sus obras incluyen: Teología sistemática (Tomos I-III), Fundamentos de cristología, Teoría de la ciencia y teología y Antropología en perspectiva teológica. Este breve ensayo, compuesto de dos partes, tiene la intención de vislumbrar algunas de las principales directrices de la línea de pensamiento de Pannenberg en torno a la escatología, partiendo primeramente de su concepción teológica de la historia, siguiendo por el carácter antropológico de la historia misma, así como de la experiencia religiosa. Posteriormente, se aborda el advenimiento de Jesucristo como la manifestación de Dios en este devenir histórico, así como su profundidad en la culminación escatológica de los tiempos a la luz de la definición plenaria de Dios como verdad universal. Para este trabajo se ha tomado como referencia el material que se encuentra en la bibliografía anexa, así como los trabajos académicos del Dr. Carlos Ignacio Casale Rolle, profesor de teología de la Pontificia Universidad Católica de Chile.

I El carácter teológico de la historia

Desde los inicios de la Edad Moderna, y con el auge del pensamiento secular, el ser humano se ha embarcado en innumerables esfuerzos intelectuales y pragmáticos con el fin de emanciparse de toda idea de trascendencia que pueda reclamar para sí alguna dimensión religiosa. El hombre ahora es capaz de autorrealizarse a través del cultivo y desarrollo de sus propias cualidades inherentes, tales como la perseverancia, el aprendizaje, la creatividad y las relaciones con sus semejantes. Ante tal escenario, Pannenberg cuestiona precisamente la ontología de este pensamiento secular desde el punto de vista de la teología y propone que la experiencia religiosa no debe ser vista como una experiencia aislada o separada de la experiencia humana en general, sino que más bien un tema central en toda experiencia. Desde esta perspectiva, la teología puede contribuir a una comprensión más profunda de la existencia humana y su relación con el mundo, incluso en un contexto secularizado.

Esta dimensión religiosa, inseparable de la realidad humana y de la historia, es entendida desde la teología como una ciencia de Dios dentro del marco de una teología de las religiones. Desde esta perspectiva, nos planteamos la pregunta sobre la pretensión de verdad de las religiones hoy en día, y sobre si el carácter de la historia de la humanidad sigue siendo de índole religioso, incluso en un mundo secularizado que reclama autonomía e independencia de la idea de Dios. Aunque es posible dar respuesta a este cuestionamiento a partir de juicios hipotéticos, para Pannenberg, no obstante, la historia es el campo sobre el cual la realidad divina se pone de manifiesto en cuanto a su pretensión de relevancia universal con relación a determinada concepción tradicional sintetizada en los diversos credos históricos, y su adecuación a la iluminación y experiencia de cada cultura y época. Por tanto, tal como el autor afirma: “la historia es el horizonte más abarcante de la teología cristiana” (Pannenberg, 1976)

La teología pannenbergiana es inherentemente histórica, por un lado, debido a la influencia de autores como Gerhard von Rad o H. G. Gadamer, a los que Pannenberg estuvo expuesto durante su docencia en Heidelberg, y por otro, debido a la suposición de que la verdad sobre la vida humana es accesible en el proceso histórico de la experiencia, es decir, que la verdad está ya dada en la historia, y nuestro deber es rastrear sus huellas en ella (Camino, 1922). Estas huellas, según Pannenberg, se encuentran en los conceptos teológicos que se cifran en los orígenes y desarrollo de la religión de Israel, y consecuentemente, en el cristianismo. Elementos tales como la elección de Israel como pueblo de Dios, y el actuar de Dios en el desarrollo de la nación escogida en función de sus juicios y alianzas, son las claves para poder entender la revelación de la identidad de Dios dentro de la historia.

Sin embargo, con el fin de elucidar y establecer los principios que formarán la base para el abordaje empírico de una historia de las religiones, es preciso primero considerar el carácter antropológico de conceptos teológicos como Dios y religión, de cara a la estructuración de una filosofía de la religión. Aunque no es la intención de Pannenberg proveer de una base antropológica para la existencia de Dios, sí pretende develar la potencialidad religiosa y teológica a partir de rasgos antropológicos, sobre todo aquellos que se relacionan con la experiencia humana, tales como la reflexión, la identidad humana y el carácter social e histórico del hombre. Hemos de tratar entonces el lugar que ocupa la doctrina del hombre dentro del pensamiento de Pannenberg con la finalidad de llegar a un entendimiento de la formulación de la idea de Dios a través del proceso antropológico de comprensión de la totalidad, tomando elementos hermenéuticos de Hegel, Dilthey y de Schleiermacher, pero con un enfoque más histórico que un positivismo barthiano o un existencialismo kerigmático (Casale Rolle, 2006).

II La dimensión antropológica de la idea de Dios

Dado que, y como hemos mencionado anteriormente, la religión cristiana empieza a perder terreno en cuanto a su validez como fundamento de la sociedad y de la conciencia cultural, Pannenberg, en su quehacer teológico, considera esencial el entendimiento del ser humano como un elemento fundamental y central para responder al desarrollo del pensamiento moderno del siglo XX. Por esta razón, la antropología se convierte en un punto de partida para reconstruir el concepto de mundo sobre la idea de Dios, ya que la religiosidad del hombre es una cuestión específica e irrenunciable de la forma humana de existencia. Este giro antropológico sigue constituyendo la base de la conciencia filosófica de nuestros días, (Casale Rolle, 2005).

Por otra parte, resulta de vital importancia destacar el enfoque antropológico de la teología, y considerar la antropología como fundamento para validar la universalidad de la fe cristiana. En consecuencia, la experiencia del mundo y la historia deben ser integradas al conocimiento específico de la teología, basado en la revelación divina. Para ello, es imprescindible una integración crítica entre ambos tipos de conocimiento, científico y teológico, con la finalidad de comprender que el mundo experimentado por el ser humano es el mismo mundo creado y redimido por Dios. De modo que la teología no puede prescindir de presentar el mundo natural y la historia humana como creaciones divinas. Solo desde esta perspectiva se puede fundamentar adecuadamente la verdad de la fe en la divinidad del Dios bíblico. Por tanto, la tarea de la teología sistemática es demostrar la convergencia entre el conocimiento científico y teológico, para sostener la verdad de la fe en la divinidad del Dios bíblico y la esperanza cristiana en el futuro.

Este método de integración crítica (crítica en tanto que la consideración ambas disciplinas pueden diferir en cuanto a supuestos y métodos) viene a tener su principal punto de apoyo en una dialéctica entre la teología y las ciencias naturales, las cuales Pannenberg se da a la tarea de conocer y aprovechar utilizando recursos como ilustraciones o analogías comparativas, inspirándose en el pensamiento de otros filósofos, como Kant y Hegel, quienes propusieron la necesidad de una síntesis entre la razón y la fe. También encontramos en Pannenberg inspiración en la filosofía de la ciencia, especialmente en la obra de Thomas Kuhn, quien describió el cambio de paradigma científico y en la obra de Karl Popper, quien planteó la falsabilidad como criterio de demarcación entre la ciencia y la no-ciencia (Camino, 1922). En su Teología Sistemática, Pannenberg sostiene que la teología debe integrar el conocimiento científico en su reflexión, ya que ambos campos comparten una preocupación por el conocimiento objetivo y la verdad.

Ahora bien, Pannenberg también defiende que la teología tiene una contribución que hacer a la antropología, ya que la teología puede aportar un panorama más profundo de la naturaleza humana y de la relación que ésta puede sostener con la divinidad. En su obra Antropología en Perspectiva Teológica, sostiene que esta comprensión más completa incluye tanto su dimensión física y biológica, como su dimensión espiritual y trascendente. Y esta dimensión trascendente se materializa con el advenimiento de Jesucristo como manifestación histórica de Dios en la humanidad, y como tal, ofrece una visión única y completa de lo que significa ser humano en relación con Dios. En este sentido, Jesús es una figura central en la antropología teológica de Pannenberg, ya que su vida, muerte y resurrección son el centro de la revelación divina en la historia y ofrecen una comprensión más profunda de la naturaleza humana. Para Pannenberg, la vida de Jesús revela la plenitud de la humanidad, ya que muestra cómo la relación entre Dios y la humanidad debe ser. En su obra Jesús: Dios y Hombre, Pannenberg sostiene que la encarnación de Dios en Jesús es la mejor expresión de la unidad entre Dios y la humanidad, y muestra cómo a través de Jesús la humanidad puede llegar a ser más plenamente lo que fue creada para ser.

En la primera parte de este ensayo, hemos explorado detenidamente las contribuciones significativas de Wolfhart Pannenberg a la teología contemporánea. Analizamos su concepción teológica de la historia, que se basa en la creencia de que el ser humano se encuentra inmerso en un flujo continuo de eventos históricos que tienen un significado trascendente. Además, examinamos su perspectiva sobre la dimensión religiosa inherente a la experiencia humana y cómo esta dimensión se expresa y se encuentra satisfecha a través de la revelación divina en Jesucristo. Estas ideas fundamentales establecen una base sólida para nuestra comprensión de la teología pannenbergiana y nos preparan para adentrarnos en la segunda parte de este ensayo, donde profundizaremos en su visión de la escatología y la revelación divina en el curso de la historia.

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Balmforth, H. (1970). Book Review: Revelation as History. By W. Pannenberg, R. Rendtorff T. Rendtorff U. Wilckens. Theology, 323-325.

Camino, J. A. (1922). Introducción. In W. Pannenberg, Teología Sistemática (pp. xx-xxxi). Madrid: Publicaciones de la Universidad Pontificia Comillas.

Casale Rolle, C. I. (2005). Hermenéutica teológica como ontología escatológica a la luz de la historia de las religiones según Wolfhart Pannenberg. Teología y vida, 46(1-2), 5-55. doi:https://dx.doi.org/10.4067/S0049-34492005000100002

Casale Rolle, C. I. (2006). Wolfhart Pannenberg y el reto de la Modernidad: Pensar a Dios y al hombre desde la mediación. Teología y vida, 47(1), 5-46. doi:https://dx.doi.org/10.4067/S0049-34492006000100001

Pannenberg, W. (1976). Acontecer salvífico e historia. In W. Pannenberg, Cuestiones fundamentales de teología sistemática (pp. 211-276). Salamanca .

Pannenberg, W., & Marcos, G. C. (1996). La manifestación del Hijo y la comunidad humana. In W. Pannenberg, Teología Sistemática. 342-350: Universidad Pontificia Comillas de Madrid.

Pasquariello, R. D. (1976). Pannenberg’s Philosophical Foundations. The Journal of Religion, 56(4), 338-347.

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Juan Gerardo Fuentes Almeida es originario de Matamoros, Tamaulipas, donde realizó sus estudios de Ingeniería Electrónica, al tiempo en que también se dedicó por más de cinco años al ministerio de liderazgo y enseñanza de escuela bíblica para jóvenes y adultos en la congregación evangélica “Triunfo de la Fe”. Posteriormente, se mudó al estado de Guanajuato para realizar sus estudios de Maestría con especialidad en Ciencias de la Computación. Ha trabajado por más de cinco años en el liderazgo de equipos de desarrollo de sistemas de aviación y cuenta con un certificado de habilidades directivas por el TecMilenio. Actualmente vive con su esposa Tania en la ciudad de León, Gto. y estudia un diplomado en Apologética y una Maestría en Historia y Pensamiento Cristiano por parte del Seminario Teológico Kerigma. También ha realizado trabajos sobre crítica textual y exégesis en los libros de Miqueas y Amós en la  Academia Bíblica Pesher, y participa activamente en la Primera Iglesia Bautista de León, en donde se dedica al ministerio de discipulado.

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