Co-creación hoy: Gracia y Responsabilidad

 In Caminando en Justicia, Liberación e Historia, Teología y Cultura

Una de las revelaciones que han emergido en esta pandemia, es que la misma ha sacado en algunos casos lo mejor de los seres humanos, y en otros lo peor. Lo vienen diciendo muchos filósofos y analistas sociales desde el comienzo de la misma.

Así como hubo y hay personas que han entregado su tiempo y trabajo para acompañar y suplir necesidades de todo tipo durante la pandemia (como los trabajadores esenciales de la salud, que en mi país ya han muerto más de cien en seis meses), también se ha consolidado una irresponsabilidad individualista, desprecio y odio que se manifiesta de diferentes maneras.  Sospecho que esta irresponsabilidad y crueldad no es nueva, lo que ha hecho es desnudar lo que ya existía.

De hecho, hay analistas como Rita Segato que sostienen que el sistema dominante en su fase actual en occidente se basa entre otras cosas en una pedagogía de la crueldad, que nos inhibe de percibir a los/as otros/as como personas y nos amputa la empatía. Por ello, pregonar que la empatía y la responsabilidad afectiva son dañinas socialmente, es arrancarnos las herramientas para resistir la dominación y para construir otra forma de relacionamiento. También sostiene que esta pedagogía imperante se basa en la irresponsabilidad de los sujetos en relación a los otro/as.[1]

¿Cómo podemos enfrentar estos desafíos desde la teología? Uno de los conceptos claves de la teología cristiana es la gracia, y en la tradición wesleyana de la que soy parte, “la clave para entender todas las doctrinas soteriológicas de Wesley es su entendimiento de la gracia.”[2]  Un estudioso contemporáneo de Wesley como Randy Maddox, dice que los teólogos occidentales generalmente han definido la gracia como el indulto y perdón divinos, mientras que los orientales han interpretado la gracia como el poder de Dios trabajando internamente para renovar nuestra naturaleza.[3]  Y según estos estudiosos Wesley no duda en utilizar ambas tradiciones, porque la gracia de Dios como él la define, es tanto el amor de Dios evidente en Cristo dado a la humanidad (y a la creación), como la respuesta del ser humano a ese amor de Dios. Por ello Maddox define la teología de la gracia wesleyana como gracia responsable. Sostiene que la concepción wesleyana de la gracia y de la “gran salvación” incorpora a su sujeto, el ser humano, como parte del proceso. Es gracia con responsabilidad: gracia responsable. La gracia de Dios demanda una respuesta participante y participativa. De ahí, también, que el mismo concepto de “mayordomía” sea constitutivo del pensamiento wesleyano.  Como decía Juan Wesley en su sermón n°51, sobre el tema: “La relación que el ser humano tiene con Dios, la criatura con su Creador, se nos presenta en sus oráculos bajo varios calificativos [es decir en la Escritura, agrego]. Se le considera como pecador, criatura caída, se le representa también como siervo…. Ningún apelativo, sin embargo, concuerda mejor con el estado presente del humano que es el de mayordomo.”[4]

Wesley continuará aplicando este concepto a distintas dimensiones de la vida. Y al final de este sermón presentará la tensión dialéctica característica de su teología práctica, en este caso entre la gracia divina y el esfuerzo humano:

De aquí aprendemos, tercero, que no hay obras de supererogación, que nunca podemos hacer más de lo que es nuestra obligación. Puesto que todo lo que poseemos no es propiamente nuestro, sino de Dios, todo lo que hacemos se lo debemos a él. No hemos recibido sencillamente esto o aquello, ni siquiera muchas cosas, sino que todo proviene de él; por lo que todo se le debe. Él es quien nos ha dado todo, y tiene derecho a todo. Por lo que, si le pagamos a él un poco menos que todo, no podemos ser mayordomos fieles. Y considerando que cada uno recibirá su recompensa conforme a su labor, no podemos ser mayordomos sabios, a menos que trabajemos con toda nuestra fuerza, no dejando nada a medias si lo podemos evitar, sino aplicando toda nuestra energía …. No es cosa fácil poner en las manos de Dios todo lo que has recibido de él. Requiere toda tu sabiduría, toda tu resolución, toda tu paciencia y constancia; más de lo que antes tuviste por naturaleza, pero no más de lo que puedes tener por gracia.”[5]

En definitiva, Wesley sostiene que en toda nuestra vida, no somos más que mayordomos. Somos responsables ante Dios y rendiremos cuenta de nuestra mayordomía, que continúa a lo largo de nuestra vida hasta el día de la muerte. No somos propietarios, pero Dios no nos trata como siervos, sino que nos ha puesto como mayordomos. Incluidos los talentos, el dinero, la dosis de poder, el tiempo que Dios nos confía cada día y nuestras relaciones con los demás, en especial con los hambrientos, enfermos y demás marginados.  Que Wesley los menciona en este sermón 51, citando la parábola del juicio a las naciones en Mateo 25:35-36.[6]

Y por último se nos ha confiado –dice Wesley- la gracia de Dios y el poder de su Espíritu, sobre el cual descansa el resto.[7]

Concluyendo, podemos decir que aunque esta palabra mayordomo nos es lejana en nuestra cultura actual, no debe ser así la riqueza de su fuente y contenido: la gracia responsable. La idea de responsabilidad ante Dios, ante los otro/as, ante la creación y uno mismo es una idea teológica clave que nos desafía en nuestra vida humana y cristiana. Y mucho más en este tiempo de pandemia.

Un concepto análogo más contemporáneo y relevante, lo propuso el teólogo de la liberación uruguayo Juan Luis Segundo, cuando habló de la humanidad como co-creadores en la historia de la salvación, llamados a co-crear humanización y cuidado de la creación, en sintonía con el reino de Dios. Dice Segundo:

“Tenemos algo del reino de Dios que está en nuestras manos y que Dios no hará si nosotros no optamos de manera responsable por un progreso del amor, progreso que hacen posible las circunstancias únicas que cada uno de nosotros vive.”[8]

En nuestro contexto latinoamericano-caribeño y global signado por la injusticia social, la destrucción de la tierra y la exclusión, estamos convocados como socios de Dios a colaborar como “super-reguladores ecológicos o como co-creadores en dirección al Reino de Dios.”[9]

Ante una creciente experiencia del odio, la crueldad y la irresponsabilidad, somos llamados/as desde este rescate teológico, a experimentar y co-crear una pedagogía de la solidaridad profunda, la empatía y la responsabilidad en todas nuestras relaciones.

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[1] Ella trabaja desde una perspectiva feminista esta pedagogía de la irresponsabilidad en el ámbito carcelario y define la cárcel cómo una escuela que produce y reproduce una comunidad moral de sujetos irresponsables. Ver Segato, Rita. (2003). El sistema penal como pedagogía de la irresponsabilidad y el proyecto “Habla preso, el derecho humano a la palabra en la cárcel” Serie Antropología (Nro. 329). Departamento de Antropología, Universidade de Brasília. Disponible en: http://www.lanic.utexas.edu/project/etext/llilas/cpa/spring03/culturaypaz/segato.pdf

[2] Theodore Runyon, La Nueva Creación: la  Teología de Juan Wesley para hoy, Nashville,  Abingdon press, 2006, p. 33.

[3] Randy L. Maddox,  Responsible Grace: John Wesley’s Practical Theology. Nashville,  Kingswood books , 2006, p. 23. Somos conscientes de la discusión entre el pelagianismo y el quietismo  agustiniano y del tema del sinergismo teológico en Wesley. Pero no entraremos en detalle, por razones de espacio.

[4] Sermón 51, “El buen mayordomo”, en Wesley J.. Obras de Wesley, 14 vols., Franklin, TN: Providence House Publishers,1996-98, Ed. Gonzalez Justo. T. III,p. 219.

[5] Op.cit. p.239

[6] Op.cit. p.236.

[7] Op.cit., p.237

[8]Segundo J.L: ¿Qué mundo? ¿Qué Hombre? Qué Dios?, Santander,Sal Terrae,  1993, p.491. Ver como trabaja el concepto de ser humano co-creador , como motivo del universo, en p. 348-349.

[9] Op.Cit. p.124.

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Comments
  • Santos+A.+O'Neill

    Gracias por este artículo Pablo. La realidad es que si, somos co-creadores con Dios de la paz y el cuidado de esta tierra. En el antropomorfismo podemos decir que somos “las manos y los pies” de Dios aquí en la tierra y estamos para cuidarla y protegerla.

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