RETOS DEL CRISTIANISMO MUNDIAL CON EL CONTEXTO MISIONERO DE LOS EUA – 1
¿HACIA UNA PARROQUIA MUNDIAL?
El movimiento misionero actual de los EUA,[1] heredado desde los años 70, está en una crisis tanto teológica como existencial. Estadísticas enseñan que el número de misioneros/as a corto plazo (misioneros/as por menos de 30 días) ha estado aumentando de una manera muy rápida dentro de los EUA en los últimos 10 años.[2] Este declive de misioneros/as a largo plazo (misioneros/as con compromiso a una misión o región en particular por más de 4 años), señala un cambio de énfasis teológico/práctico que José Míguez Bonino llama: “las responsabilidades básicas de la iglesia y su ministerio.”[3] Sin embargo, existen retos claros para el movimiento misionero actual de los EUA que pueden ser vislumbrados a través de un análisis práctico al movimiento del cristianismo mundial.[4] Si es cierto que la comunidad teológica cree que la vitalidad de la fe cristiana (y hasta cierto punto su futuro existencial) se encuentra en el cruce de fronteras tanto teológicas, culturales y prácticas, debemos entonces analizar factores comunes y puntos de desacuerdo entre el cristianismo mundial y el movimiento misionero popular en los EUA. Los dos fenómenos, a pesar de ser paralelos, pueden dar pistas claras a retos que muchas iglesias dentro de los EUA están viviendo actualmente, en cuanto al declive de personas (tanto laicas como ordenadas) al compromiso misionero.
El propósito de este corto ensayo, que será publicado en tres partes, es comparar tanto factores comunes como puntos de diferencia entre el movimiento misionero popular actual de los EUA, entendido desde una forma muy básica, y el movimiento del cristianismo mundial. El propósito de dicha comparación no es aislado, sino más bien es para descubrir nuevos aportes para un entendimiento más robusto de las responsabilidades básicas de la iglesia, su ministerio dentro de los EUA y la continuación del movimiento popular misionero, así como su aplicación pastoral práctica. Con estos nuevos paradigmas podremos ver más claro los mismos cruces fronterizos que hay dentro de cada comunidad local dentro de los EUA, y cómo esto puede traer una nueva vitalidad a las iglesias, así como responder a los nuevos retos pastorales del siglo XXI. Dicho objetivo será logrado en tres secciones. La primera sección comparara ciertos atributos del movimiento misionero popular actual con el cristianismo mundial. Segundo, el trabajo será enfocado hacia la práctica local de iglesias dentro de los EUA. Por último, daré algunas recomendaciones para una práctica robusta para las misiones locales e internacionales, con un ejemplo actual claro, que está trayendo muchos retos dentro de los EUA.
MISION Y MUNDO
Antes de entrar de lleno a la comparación de estos fenómenos, es importante hacer algunas aclaraciones de ciertos términos que pueden traer confusión. Primero, es importante aclarar el término cristianismo y el termino cristiandad. Por cristianismo se entiende un movimiento que tiene 3 características específicas: no posee un territorio geográfico particular, no tiene lengua oficial, y es policéntrico.[5] El cristianismo como movimiento mundial tiene estas características que lo llevan a contextualizar el mensaje del evangelio de una forma muy particular a cada limitación tanto geográfica como cultural.[6] Parte de esta aclaración es por instruir al lector, de que ciertos aspectos del movimiento misionero de los EUA está muy alejado al cristianismo mundial. Esto trae ciertas ventajas y desventajas que están siendo vividas actualmente en los cambios demográficos y estadísticos dentro de los EUA.[7] Segundo, es importante aclarar el termino parroquia. A pesar de que este término ha sido usado de una forma muy fluida por ciertas denominaciones,[8] en este trabajo me refiero a la parroquia como un área geográfica local y cultural para la iglesia local dentro de los EUA. Esto a su vez trae ciertas limitaciones, que son importantes, pero que delinean claramente un área geográfica donde la iglesia local extiende su ministerio y misión. Con estas dos aclaraciones podemos entrar de lleno a la comparación de los aspectos del cristianismo mundial y el movimiento misionero actual de los EUA.
El movimiento misionero popular actual de los EUA está muy arraigado al cristianismo global. Kurt Rietema, haciendo un estudio de las Misiones a Corto Plazo (MCP) saca a la luz la noción de que las MCP son para personas privilegiadas.[9] Este fenómeno misionero, según Rietema, valida y fortalece sistemas de inequidad en el mundo. El/la misionero/a de CP usualmente sale de países donde hay muchos recursos financieros, a países que son llamados del sur global.[10] Basado en este dato importante de Rietema, mencionaré tres características que señalan que el movimiento misionero actual de los EUA está centrado en una corriente del cristianismo global de una forma clara.
Primero, tenemos que acentuar el problema del privilegio del cristianismo global. El cristianismo global está presente usualmente en países que son económicamente dominantes. EUA no es la excepción a esta regla general.[11] El problema viene, cuando el esfuerzo de las MCP está vinculado a la erradicación de la pobreza (de muchas formas prácticas), pero a su vez, dichos esfuerzos misioneros no reconocen los sistemas de inigualdad que hacen la pobreza en primer lugar. El cristianismo que llega a países donde la MCP son puestas en práctica,[12] es un cristianismo basado en un entendimiento del mundo desde una posición de poder y abundancia. Por otro lado, los países que reciben las MCP poseen un marco teológico que es más fiel al cristianismo mundial. De la misma forma, las personas de fe de países donde el cristianismo mundial florece viven diariamente en tensión con los tres factores mencionados anteriormente: no poseen un territorio religioso geográfico particular, no tienen lengua religiosa oficial y entienden el movimiento del evangelio como policéntrico. Este es un contraste claro con las MCP dentro de los EUA que están bajo el marco teológico que entiende que el cristianismo tiene una fuerza geográfica en el Atlántico Norte, y que tiene una teología “clásica y ortodoxa” que tiene que ser “exportada a otros países donde el marco teológico es diferente.[13] Irónicamente, como resalta Rietema, este fenómeno de privilegio usualmente es invisible para las personas de países donde se desarrolló el cristianismo global actual.
Segundo, la vitalidad del cristianismo no se encuentra en estos momentos en la expresión del cristianismo global. Si EUA de verdad pertenece a un grupo privilegiado de países donde el cristianismo global actual surgió, tenemos que darnos cuenta de que la vitalidad del evangelio en la actualidad, no se encuentra dentro de los EUA (quizás con algunas pequeñas excepciones).[14] La vitalidad del evangelio está en países donde hay más pluralidad religiosa y múltiples contextos culturales y sociales.[15] Sin embargo, las iglesias dentro de los EUA siguen experimentando un incremento de las MCP que llevan a misiólogos a tratar de entender por qué detrás de este fenómeno. Esto es un contraste claro a los países donde el cristianismo está creciendo rápidamente y que ha sido notado por teólogas/os y antropólogos/as. Dicho contraste marca también, que la vitalidad del cristianismo esta fuera del control de factores teológicos dentro de la iglesia, dado a que cada mensaje teológico debe ser contextualizado de una forma u otra. Este entendimiento nos deja ver claramente como estos factores afectan tanto el mensaje que es dado (y en algunos casos exportados) y la aceptación de dicho mensaje en otros contextos.
Tercero, es importante mencionar que estas diferencias entre las MCP dentro de los EUA y el fenómeno del cristianismo mundial tienen algunas ventajas y desventajas que son acentuadas por los viajes misioneros a CP. En la parte negativa, estos enfoques misioneros a CP, han traído problemas para la iglesia en los EUA, porque enfocan a los/as misioneros/as a ver dichos viajes como algo que da prestigio a las personas que participan en ello. Claro está que hay ventajas en dichos viajes tanto para el que va como para el país que le recibe, pero es ingenuo no darse cuenta de que hay un estigma de prestigio para las personas que viajan a países “exóticos” a poner en práctica su fe.[16] También dicha práctica ignora por completo las expresiones religiosas locales y la vitalidad de dichas expresiones de la fe como legitimas expresiones cristianas.[17] Si la vitalidad de la fe está en países del sur global, no es necesario “exportar un cristianismo global” a estos países. Por el contrario, es de mayor beneficio para los EUA, el reconocer cómo estos países siguen generando nuevos marcos teológicos y prácticos para un nuevo entendimiento de la misión y visión de la iglesia. En la parte positiva, se puede mencionar que dichas MCP exponen a miembros de las iglesias en los EUA a ver cómo sus vidas son comparadas con cristianos/as en otros países del mundo. Hasta cierto punto, esto crea más respeto y apreciación al movimiento del cristianismo mundial y lleva al misionero/a a entender su posición de privilegio económico en comparación a otras personas.[18] Por otro lado, cuando el misionero llega de regreso a los EUA trae consigo una nueva apreciación de su propia fe. Esto puede abrir los ojos al misionero a nuevos retos dentro del marco local y a ver la visión y misión de la iglesia desde una perspectiva más fresca.
Estas tres características que surgen cuando se hace una comparación directa entre el cristianismo mundial y los viajes misioneros a CP, levantan la pregunta: ¿Cómo responde la iglesia dentro de los EUA a esta problemática? Y más importante, ¿deben las iglesias eliminar los viajes a CP a otros países? Es aquí en donde un nuevo modelo de entendimiento teológico, que veremos más adelante, puede ser de beneficio para canalizar nuevas expresiones de evangelización tanto local como en el extranjero.
[1] En este trabajo usare las siglas “EUA” para referirme a los Estados Unidos de Norte América para no hacer más complicado con términos el artículo, dado al tiempo y espacio limitado. Para más información: https://educacion.ufm.edu/ee-uu-e-u-a-usa-cual-es-la-abreviatura-correcta-de-estados-unidos-de-america/. Accesado en noviembre 2 del 2017
[2] Angel Santiago-Vendrell. Short Term mission: No Passport Required. “Apuntes. Theological Reflections from a Hispanic-Latino Context. Year 37. N 1 Spring (2017). 27
[3] José Míguez Bonino. “El mundo es mi parroquia” Misión y oikoumene en el contexto global metodismo y globalización a comienzos del siglo XVIII” (Cuadernos de Teología. Vol. XXII, P.93-103, 2003), 98
[4] Cabe hacer una aclaración importante para el lector. Hay una diferencia entre el termino: Cristianismo Global (CG) y Cristianismo Mundial (CM). El CG se entendiendo como el movimiento religioso heredado de la cultura Norte Atlántica (Europa, Norte América, Canadá) hacia países que recibieron misioneros para evangelizarlos. El CM se entiende como el cristianismo que tiene expresión en Asia, América latina, y África. Para más información, ver Carlos Cardoza-Orlandi: Angel Rosa Vélez (ed.), La Fe que dialoga. Encuentro Interreligioso. Una Fe que busca entendimiento. (San Juan, Santo Domingo. Isla negra Editores), 28.
[5] Por contraste el termino Cristiandad: puede ser entendido por la fusión entre un territorio geográfico, orden social, y cristianismo. Dicha fusión puede producir: una lengua oficial y por ende esto reduce la expresión idiomática de la fe. Cardozo-Orlandi también añade que, en esta expresión, se cualifican la biografía que se les dan importancia, la policentricidad se combate (en algunos casos con violencia), y los procesos de difusión intercultural se eliminan. Para más información ver: Cardoza-Orlandi, La fe Que dialoga, 30.
[6] Stephen B. Bevans, Modelos de Teología contextual. (Maryknoll, Orbis Books, 2002),8. Bevans describe 6 modelos de contextualización del evangelio: antropológico, traducción, praxis, sintético, transcendental y contractual. La aplicación de este trabajo está basado en el modelo de praxis, ya que daré un ejemplo claro pastoral más adelante.
[7] Justo L. González, Mapas para la historia futura de la iglesia. (Buenos Aires, Argentina: Ediciones Kairo, 2001), 9. Mapas geográficos y demográficos demuestran, lo que González describe en su libro, de una forma clara. Esto no lleva a pensar que la vitalidad del cristianismo cambia, y que el crecimiento de la población cristiana no es exponencial.
[8] Aquí estoy pensando particularmente de la iglesia Metodista Unida, el cual es mi contexto personal en los EUA, donde la parroquia es entendida de una forma muy fluida, desde el sermón de Juan Wesley: El mudo es mi parroquia. Véase: https://www.ccel.org/ccel/wesley/journal.vi.iii.v.html. Accesado en diciembre 8, 2017.
[9] Kurt Rietema, Subverting Short Term Missions: poverty (and Privilege) Alleviation. (St. John’s University. May, 2015), 12
[10] El término ‘sur global’ es usado para referirnos a países del hemisferio sur como América Latina, Asia y África. También es importante mencionar que el termino es usado en diferentes formas, y puede ser comparado con el término “Tercer Mundo”. Para más detalle ver: Justo L. González. Mapas para la historia futura de la iglesia. (Buenos Aires. Argentina, 2005), 29
[11] Rietema, Subverting Short Term Missions, 1
[12] Las MPC también pueden darse a zonas de pobreza dentro de países donde el cristianismo global está vivo. Sin embargo, hay una diferencia que vale la pena notar, y es que muchas iglesias locales trabajan en el exterior y hace el exterior una prioridad en cuanto la erradicación de la pobreza.
[13] Cardoza-Orlandi: Angel Rosa Vélez (ed.), La Fe que dialoga, 28. Desde su tercera premisa, Cardoza-Orlandi concluye que toda teología es contextual.
[14] Entre estas excepciones podemos mencionar los grupos de inmigrantes de los EUA y grupos pequeños de sectores marginados. Parte de la idea de este trabajo es ver cuales son los factores que ayudan a estos pequeños grupos a ser una excepción clara del declive del cristianismo dentro de los EUA.
[15] Cardoza-Orlandi: Angel Rosa Vélez (ed.), La Fe que dialoga. 43. Cardoza-Orlandi, hablando del islam, explica bien como esto es la vitalidad del cristianismo y es como el cristianismo se expande.
[16] Rietema, Subverting Short Term Missions, 65. Rietema lo describe como conexiones afectivas. Mi propia traducción.
[17] Carlos F. Cardoza-Orlandi, Una Introducción a la Misión. (Nashville, TN: Abingdon Press, 2003), 82
[18] Rietema, Subverting Short Term Missions, 66. Esto ha sido bien documentado por Rietema como un lugar donde ambas partes pueden experimentar liberación y restauración.