Misión de Dios y Organizaciones Para-Eclesiásticas
El día de ayer tuve la oportunidad de participar en una entrevista en donde hablamos sobre la creatividad y la espiritualidad dentro de la movilidad humana. Una de las preguntas que me hicieron fue, qué estrategias creativas he usado para acercar a los migrantes a la iglesia. Mi respuesta fue que en realidad ese no ha sido un problema (al menos en mi experiencia), sino al revés, lo difícil ha sido acercar la iglesia a los migrantes, y ayudar a que haya mayor apertura para este segmento de la población.
Esto me llevó a pensar en cómo es que la Iglesia cumple o no, la Misión de Dios o Missio Dei en donde está. la Misión de Dios son todas las dinámicas que Dios usa para darse a conocer, y para atraer a sí a toda la humanidad. El autor Carlos Cardoza-Orlandi, al hablar de ella nos explica que, “Dios es el protagonista de toda actividad misionera; la misión es una actividad comunitaria; el pueblo de Dios es objeto y sujeto de la misión de Dios; y la actividad misionera de Dios se realiza en el mundo.”[1] Esto significa que, involucrarnos en la misión de Dios es extender su reino y llevar libertad a todo aquel que está oprimido.
La realidad es que en los últimos años he podido observar que las iglesias batallan en comprometerse con su participación en la solución de los grandes males que aquejan a nuestro mundo. Curiosamente he podido ver que cuando surgen personas y grupos de personas con la firme intención de hacer algo formal para llevar alivio al sufrimiento de los oprimidos, terminan por hacerlo a través de ministerios u organizaciones para-eclesiásticas. Por supuesto no generalizo, hablo a partir de mi propia experiencia, en donde he podido ver que diferentes ministerios con enfoque en justicia social terminan por constituirse como organizaciones seculares sin fines de lucro. ¿La razón? No la puedo determinar a ciencia cierta, pero me pone a pensar si este podría ser uno de los caminos para el futuro de la iglesia.
Surgen algunas preguntas… ¿Son los ministerios para-eclesiásticos el futuro de la misión de la iglesia? ¿Pueden ser los ministerios la solución a la necesidad del involucramiento de la iglesia en nuestro quebrado mundo? ¿Pueden ser una vía, a través de la cuál podamos superar los modelos de misión heredados y plantear nuevas formas de ejercer la misión de Dios en nuestro contexto? ¿Podría ser que a través de ellos podamos ejercer de manera efectiva de la misión como, la iglesia para-y-con-otros, de la misión como liberación, de la misión como contextualización y de la misión como teología?
De acuerdo con Rafael Pérez, las organizaciones para-eclesiásticas “trabajan junto a la iglesia local como soporte en áreas específicas, regularmente de cara a la sociedad.”[2] Tienen una organización administrativa mucho más parecida a la de una empresa que a la de una iglesia local, pero se diferencian por su vocación no lucrativa y su patrimonio común. Los movimientos para-eclesiásticos, como su nombre lo dice, son movimientos que, aunque están relacionados con la iglesia como institución, tienen su propia autonomía, y se enfocan es aspectos sociales.
Algo que es muy importante destacar de estas organizaciones, es que han servido como un puente entre iglesia y cultura. Dada la intensa promoción de parte de las iglesias institucionales a no contaminarse, ha habido una fuerte desconexión de parte de los miembros de la iglesia con su propia cultura. Las organizaciones para-eclesiásticas sirven como un punto de encuentro y de revalorización de la cultura. También sirven como centros de aprendizaje, en donde miembros de la iglesia han encontrado oportunidades de servicio a la sociedad, lo que les brinda propósito y significado. En este sentido, la misión de Dios ha recobrado su significado a través de este tipo de organizaciones, al permitir que la iglesia local realice una labor misionera en su contexto. Un último beneficio que han traído los ministerios para-eclesiásticos es la unidad. Han creado un espacio en donde miembros de iglesias de diferentes tradiciones cristianas y doctrinales, e incluso de otras religiones, trabajen juntos por un mismo fin. Al momento de buscar soluciones prácticas y emprender proyectos las diferencias quedan de lado, surge la posibilidad de contacto, apertura, diálogo y participación, y eso es algo muy valioso, ya que dentro de estas organizaciones se tiene muy claro que la solución no puede venir de una sola religión o institución, sino que tiene que ser un esfuerzo en conjunto con todas y todos aquellos/as personas, gobiernos y organizaciones que quieran sumarse.
Algunos ejemplos que puedo mencionar que están relacionados con la Iglesia Metodista de México en el Noreste del país son:
- ÁGAPE. Es un ministerio que surgió como una iniciativa de un matrimonio joven perteneciente a la iglesia metodistas más grande de Monterrey. Posteriormente se convirtió en una Organización sin fines de lucro, que se enfoca en la atención y cuidado de las personas en situación de calle que deambulan los alrededores de la Iglesia. Aunque el ministerio surgió como parte de la institución, y sigue en conexión, goza de su propia autonomía, convive con gente de diferentes tradiciones cristianas y doctrinales y que pastorea una congregación de personas en situación calle. Parte de su labor consiste en brindarles alimento, vestido y alimento espiritual. Paralelo a esto, han hecho alianzas con Centros de Rehabilitación, Centros de Capacitación básica en oficios y con el INEA (Instituto Nacional de Educación para el Adulto). Tienen dos reuniones semanales con ellos, un fuerte énfasis en la predicación de la Palabra, pero sin descuidar las necesidades físicas de la gente.
- Caminamos Juntos AC. Esta organización inició como un ministerio de la Iglesia Metodista, y posteriormente se convirtió en una Organización sin fines de lucro. La organización trabaja en favor del cuidado de los migrantes en su paso por México, ofreciendo asesoría legal gratuita, ayuda humanitaria y acompañamiento psicológico/pastoral. Además, tienen un fuerte énfasis en la lucha contra la trata de personas. Actualmente se encuentran en el proceso de formación de una Casa de Refugio para víctimas migrantes nacionales e internacionales, prioritariamente mujeres y niños. En esta organización participan personas de diferentes tradiciones cristianas e incluso, personas no cristianas. El fin de esta, es fomentar el trato digno de cada persona migrantes, la defensa de sus derechos humanos, y la concientización de esta problemática.
- Mujeres Ruaj. Es un colectivo feminista de mujeres de fe que nace dentro de las filas de la iglesia Metodista, como resultado de la creciente violencia de género en el país. Las actividades consisten en promover la equidad, liberta y la no violencia para todas las mujeres, adolescentes y niñas, dentro y fuera de la Iglesia. Esta organización sigue dando pasos para convertirse en una organización sin fines de lucro, pero hasta este momento ha causado un enorme revuelo dentro de la iglesia, pues ha movilizado a muchísimas mujeres a reflexionar sobre, y actuar en contra de todas las formas y tipos de violencia.
Las formas de hacer misión continúan cambiando, lo que es un hecho, es que las organizaciones para-eclesiásticas se están presentando como una manera distinta de comprender y ejercer la misión de Dios en nuestro contexto. Respondiendo a las preguntas de la introducción, ¿son los ministerios para-eclesiásticos el futuro de la misión de la iglesia? Creo que sí, las iglesias institucionales serán difíciles de cambiar, y en ese proceso los movimientos para-eclesiásticos asumirán el rol activo para ejercer la misión de Dios. ¿Pueden ser los ministerios para-eclesiásticos la solución a la necesidad del involucramiento de la iglesia en este quebrado mundo? Creo que sí, que son la oportunidad para que muchos miembros de las iglesias institucionales participen en llevar a Cristo y llevar alivio a la sociedad. ¿Pueden ser una vía, a través de la cuál, podamos superar los modelos de misión heredados y plantear nuevas formas de ejercer la misión de Dios en nuestro contexto? No lo sé, creo que esta pregunta es difícil de responder. En cierto sentido creo que tienen muchos elementos para superar los modelos heredados, sin embargo, carecen de un amplio número de afiliados entre quienes puedan promover la reflexión y la interacción. Aunque ofrecen una oportunidad que las iglesias institucionales no ofrecen, la realidad en el norte de México, es que no muchos congregantes están involucrados en este tipo de organizaciones, por lo que la superación de los vicios heredados puede ser lenta y quizá inalcanzable para las organizaciones para-eclesiásticas. ¿Podría ser que a través de ellas podamos ejercer una manera efectiva de la misión como, la iglesia para-y-con-otros, de la misión como liberación, de la misión como contextualización y de la misión como teología? Nuevamente considero que sí, pero otra vez tenemos el obstáculo de que no mucha gente está involucrada en estas organizaciones.
Por lo pronto concluimos conscientes de que la labor que nos resta es grande y compleja, pero mientras más se promueva la reflexión y la acción alrededor del tema de la misión de Dios, más fácil se producirán los cambios que nos lleven a construir una realidad diferente.
[1] Cardoza-Orlandi, Carlos F. Una Introducción a la Misión. Nashville, 2003. Abingdon Press. Pág. 88-92
[2] López, Rafael. Organizaciones Paraeclesiásticas. Pezmundial.com. 2014 http://pezmundial.com/2014/11/organizaciones-paraeclesiasticas.html