La primera guerra de TikTok

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Crítica teológica-pastoral al conflicto en Ucrania

Las imágenes que se están viendo de Europa, no solo en las redes sociales, sino también en los canales centrales de noticias día a día desde el 24 de febrero son catastróficas. Vemos en primera plana y a todo color los efectos devastadores de la guerra. De hecho, ya algunos le han llamado la primera guerra de “Tiktok.”[1] Las cifras de refugiados siguen aumentando y las mejores proyecciones estiman que más de 10 millones de ucranianos van a ser desplazados tanto dentro como fuera del país. Eso significa que 1 de cada 4 de ellos/as va a necesitar algún tipo de ayuda.[2]

Por otro lado, vemos que el apoyo que se le está dando al país de parte de todo el aparato internacional del Oeste ha sido algo nunca visto. Desde las sanciones económicas de la Unión Europea que han sido levantadas en contra de la Federación Rusa, hasta la ayuda militar de la OTAN, vemos que este conflicto va a impactar a muchos/as para rato.

También podemos observar cómo dichas imágenes en las redes sociales han cambiado la opinión pública de varios países tanto europeos como asiáticos. Países como Alemania y Japón, que han tenido una metodología militar de solo defensa, desde los acuerdos de la segunda guerra mundial, están cambiando no solo sus posiciones geopolíticas militares, sino también sus constituciones y aparatos legales con compromisos que van más allá de la defensa bajo diferentes alianzas.[3]

Cuando la guerra termine (si es que termina pronto), las especulaciones nos demuestran que tomará muchísimo tiempo, a Ucrania en particular, reconstruir de la ruina y las cenizas, gran parte de su infraestructura que ha sido dañada. Hospitales, carreteras, puentes, aeropuertos, entre otras instalaciones, van a necesitar tiempo, dinero y personal para ser reconstruidos. Esto es una situación horrible a la que debemos prestar atención.

Ahora tengo que levantar esta pregunta: ¿Por qué la ‘operación militar’ rusa en ucrania ha traído tanto compromiso en la cultura popular en los EE.UU. y en algunos países de América latina?[4] Quiero empezar este ensayo con esta pregunta, que va directamente semblada en la conciencia global y que creo es muy peligrosa.

Operaciones militares de intervención de superpoderes, no es nada nuevo para los países dominantes. De la misma forma, no vi la misma cobertura en las noticias de las operaciones militares en Irak, Siria y Afganistán, por ejemplo. De hecho, muy poco se menciono en las redes sociales, la invasión rusa de Georgia en el 2008[5] o la anexión de Crimea en el 2014.[6] ¿Por qué? De la misma forma, no hablamos igual de los refugiados de ucrania, como hablamos de los refugiados de El Salvador, Ruanda, o Siria.

Ciertas organizaciones sin fines de lucro en los EE.UU. ya han estado advirtiéndonos de la inconsistencia europea en la bienvenida de refugiados dependiendo del país de origen. Melissa DE Witt, por ejemplo, levanta la pregunta: ¿puede ser posible que la crisis en Ucrania ha revelado una falla sistemática en las pólizas y las narrativas migratorias?[7] En los EE.UU. también, esta misma lógica que algunos han llamado un estándar doble, existe en favor de personas blancas que buscan refugio.[8] Incluso la palabra refugiado/a es problemática. En el 2017 una investigación de las Naciones Unidas demostró que hay más de 250 millones de personas desplazada, y más de 20 millones de refugiados en el mundo. Aquí es bueno mencionar que México, por ejemplo, tiene casi 12 millones de personas viviendo en su diáspora. Con casi un millón de refugiados desplazados por la violencia de los cárteles. Pero este tipo de interpretación del término es problemática para países como los EE.UU.

Hay tres desafíos filosóficos que tenemos que discutir, para poder entender las razones por las cuales la guerra en Europa y la crisis en Ucrania están impactando a las masas de una forma extraordinaria. Especialmente cuando hablamos de una guerra ‘justa’ o discutimos el hecho de cómo los/as desplazados de la misma deben ser tratados.

Primero, debemos de entender que hay un acercamiento cultural con los europeos que no existe con otros grupos que han estado en guerra por muchos años. Los europeos poseen las mismas inclinaciones culturales que los EE.UU. Tienen las mismas costumbres, van a las mismas iglesias, se visten igual, con las mismas marcas, buscan los mismos intereses sociales, económicos, escuchan la misma música, etc. Mirar el conflicto en Ucrania es ver un conflicto personal que llega muy cerca a el diario vivir de muchas personas.

Segundo, es importante destacar que la cosmovisión general ucraniana de los sistemas mundiales es casi idéntica que la de los europeos y los estadounidenses. Esto es un acercamiento ideológico. Tienen una visión muy particular de los sistemas capitalistas democráticos, un ideal de libertad innata similar. Su ideal de vida tiene acercamientos epistemológicos de cómo los sistemas interiores y exteriores afectan al individuo, a la familia y a la comunidad, que se reflejan con los países de Europa. De la misma forma, Ucrania ha salido del yugo del comunismo y socialismo extremo que impusó la muerte de millones de ucranianos después de la segunda guerra mundial bajo la insignia del Marxismo de la unión soviética.[9]

Por último, y algo que no podemos cambiar, ni ignorar, es el acercamiento racial. Los ucranianos, en su mayoría son europeos blancos de clase media. Esto es quizás el punto que el aparato liberal extremo dice que es la guía de la repuesta colectiva a la crisis. Sin embargo, creo que esto ignora no solo las otras aproximaciones filosóficas que ya discutimos, sino que también ignora que hay una clara posibilidad de que el conflicto en Ucrania dé vida a un conflicto muchísimo más oscuro y catastrófico. Por ejemplo, la amenaza de un conflicto nuclear es clara, y esto parece ser convenientemente ignorado por la mayoría de la prensa en los EE.UU. que continúa advocando por una intervención directa de la OTAN en Ucrania.

El argumento racial es importante, y es uno, que como ya mencionamos nos ha llevado a ver ciertas inconsistencias en cómo percibimos la crisis, y en cómo respondemos a la misma. Pero no es el único. Mientras mas acercamiento hay entre ‘yo y el otro’ (término bastante entendible desde una perspectiva antropológica) la respuesta a ciertos problemas va a ser diferente.

Con esto no estamos argumentando que la guerra en Ucrania debe ser tomada como que no tiene importancia. Las imágenes devastadoras nos deben de llevar a la reflexión y a las lágrimas. Estamos en todo el derecho de sufrir con estas imágenes y de sentir estas atrocidades como algo que va en contra de la belleza de la humanidad, el amor y la justicia de Dios. La respuesta a la crisis es válida.

Pero tampoco podemos seguir engañándonos a nosotros mismos si ignoramos a los otros millones de refugiados en el mundo. Desde una perspectiva teológica, no veo la misma opinión popular, en cuanto al valor de un refugiado mexicano versus al de un refugiado europeo de ojos de color y blanco. No veo que se valore la vida de la misma forma, y no creo que estamos prestando la misma atención a los conflictos armados que están desplazando miles de personas en centro y sur América.

Debemos de ser cautelosos en cómo respondemos y en cómo formulamos nuestras opiniones a la respuesta necesaria. Esto es quizás engañoso, y hasta cierto punto imposible y utópico, pero debemos tener cuidado en cómo hablamos de estos conflictos y de nuestra propia participación en la escala de violencia e injusticia en el mundo. Las voces de millones de desplazados por todo el mundo demandan este respeto a la vida, no importando quien sea la persona, ni el color de su piel, ni su lugar de origen.

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[1]  https://www.newyorker.com/culture/infinite-scroll/watching-the-worlds-first-tiktok-war. Accesado. Marzo 22, 2022. Ver también, https://www.theatlantic.com/technology/archive/2022/03/tiktok-war-ukraine-russia/627017/

[2] https://www.unrefugees.org/emergencies/ukraine/. Accesado en Marzo, 25, 2022.

[3] https://www.politico.eu/article/ukraine-war-russia-germany-still-blocking-arms-supplies/. Accesado en Marzo 22, 2022. Ver también: https://www.cfr.org/in-brief/how-japan-upgrading-its-military

[4] https://www.dw.com/es/el-conflicto-en-ucrania-divide-a-am%C3%A9rica-latina/a-61003109. Accesado en Marzo 24, 2022.

[5] https://www.atlanticcouncil.org/blogs/ukrainealert/the-2008-russo-georgian-war-putins-green-light/. Accesado en Marzo 22, 2022.

[6] https://www.france24.com/en/europe/20220222-moldova-then-georgia-now-ukraine-how-russia-built-bridgeheads-into-post-soviet-space. Accesado marzo 25, 2022.

[7] https://news.stanford.edu/2022/03/24/ukrainian-refugees-face-accommodating-europe-says-stanford-scholar/. Accesado en abril 19, 2022.

[8] https://abcnews.go.com/International/europes-unified-ukrainian-refugees-exposes-double-standard-nonwhite/story?id=83251970

[9] https://www.theatlantic.com/international/archive/2017/10/red-famine-anne-applebaum-ukraine-soviet-union/542610/. Accesado en abril 20, 2022.

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