Coco: Dia de los Muertos, Cultura y Religión

 In Caminando en Justicia, Historias, Teología y Cultura

¡La magia del gran titán Walt Disney Pictures logra hechizarnos de nuevo! El ratoncito, pequeño de estatura, pero grande en creatividad, captura nuestra imaginación con su película Coco, producida por Pixar Animation Studios. Desde su lanzamiento en el 2017, Coco, ha vendido más de $800 millones de taquillas y después de tan solo cuatro años de su inicio, la película continúa siendo la favorita entre muchxs. La comedia familiar ha sido premiada con galardones prestigiosos como el Premio Globo de Oro al Mejor Largometraje de Animación y Premio de la Academia al Mejor Largometraje de Animación. La trama de esta película está centralizada en la vida de un joven llamado Miguel, que a pesar de la prohibición de la música de su familia por generaciones, sueña con convertirse en un músico como su gran ídolo Ernesto de la Cruz. Determinado por demostrar su talento, Miguel se encuentra en la animista Tierra de los Muertos buscando la bendición de sus ancestros para lograr sus sueños.

La colorida historia conlleva un sinnúmero de simbolismos de espiritismo, cultura y religión que resaltan el significado del Día de los Muertos. Pero, ¿qué es exactamente el Día de los Muertos? ¿Qué implican sus prácticas? Y, ¿qué tan vigente son las supersticiones en nuestra sociedad? Estas y otras cosas más son las que estaré describiendo en este artículo. Creo que los animatismos y tabúes son más comunes de lo que pensamos; se cuelan en nuestras tradiciones y comportamientos furtivamente. ¿Qué hacemos cuando la cultura y la religión se cruzan? Como dicen lxs antropólogxs Carol Ember y Melvin Ember, «hay evidencia de que los sentimientos sobre el mundo sobrenatural son paralelos a los sentimientos de la vida cotidiana.»[1]

La muerte muchas veces la tratamos como un tabú, sabemos que existe, pero no queremos hablar de ella. Tenemos innumerables razones para no querer morir, pero si le preguntamos al distinguido filósofo Platón, él nos dirá que la razón primordial es por la incertidumbre ante lo desconocido. La falta de conocimiento sobre qué pasará con nuestras almas después de morir es una preocupación que forma parte de nuestra realidad como seres humanxs. Esta preocupación hecha realidad es a la que nos urge buscar una solución para calmar nuestras dudas e intentar entender lo desconocido (en este caso, la muerte). Es esto (entender lo desconocido) lo que muchxs antropólogxs consideran como la base de la existencia de las religiones. En este caso, el Día de los Muertos (celebrado el 1-2 de noviembre) no es una religión, sino más bien una práctica muy común en México y algunos países en las regiones de América Central y el Caribe. Su origen «proviene de lxs indígenas de Michoacán, México (Purépecha, Nahua, Totonaca y Otomí) que creían que las almas de los muertos regresan cada año para visitar a sus parientes vivos, para comer, beber y divertirse.»[2] Desde entonces, se ha convertido en una parte de la cultura donde se festeja aquellxs que en algún momento formaron parte de nuestras vidas, pero que ya no están con nosotrxs. En este festival más que la muerte, se celebra la vida, ya que es una bendición el tener la oportunidad de compartir con nuestrxs seres queridos. Es una celebración donde se valora la vida porque se entiende que en un abrir y cerrar de ojos, podemos desvanecer sin decir un último adiós. En el Día de los Muertos, no hay lamentación, en cambio, familiares y amigxs interactúan con las almas de lxs que han fallecido, emulando una reconciliación espiritual y entendiendo que un límite frágil separa a lxs vivxs de lxs muertxs.[3]

En la película, Miguel y su familia se preparan para el festival del Día de los Muertos, en donde se puede ver claramente las variedades de símbolos que conllevan los rituales de esta creencia. Uno de estos símbolos más importantes es la creación de altares para lxs fallecidxs. Estos altares pueden ser adornados con muchas cosas entre ellas velas, incienso, comidas favoritas y objetos de lxs difuntxs.[4] Estos adornos son considerados como ofrendas para que lxs muertos disfruten de ellas durante su visita anual. Dentro de la narrativa de la película, la abuela Coco, conserva una foto de su querido papá para recordar los buenos tiempos que pasaron juntos. Las fotos de los difuntxs en los altares son algo muy fundamental para que los espíritus puedan “cruzar” de la tierra de los muertos hacia la tierra de los vivos. Se cree que en los altares que no tienen fotos de sus difuntxs, sus espíritus no cruzan, ya que han sido olvidadxs. Otra alegoría muy particular son las flores de cempasúchil. Estas flores vienen en distintos colores, sin embargo, las amarillas son las más usadas para decorar los altares. El cempasúchil se considera la flor tradicional de los muertos.[5] Por esta razón en la película, se hace referencia sobre un “puente de flores” que ayuda a lxs muertos a cruzar para ver a sus seres queridxs, sin embargo, esto no es parte de la tradición, sino que es un detalle místico que complementa la historia. En la película se observa cómo los pétalos de las cempasúchil guían a lxs ancestrxs por el camino para que no se pierdan sus espíritus.

A pesar de todos los avances tecnológicos y desarrollos económicos que el siglo XXI nos ha traído, continuamos practicando supersticiones, que aunque sean difíciles de creer, nos llenan de esperanza y fe. Podemos observar distintos rituales como por ejemplo lxs futbolistas que entran al campo con el pie derecho. Estxs atletas creen que para tener las mejores posibilidades de ganar, es necesario entrar al campo con su pie dominante (usualmente el derecho). También es muy frecuente ver beisbolistas haciendo gestos de la santísima trinidad en agradecimiento después de hacer una carrera. En este caso ellos creen que la trinidad colaboró para su éxito y no para el del equipo contrario. Muy similar a lxs pastorxs que creen en la intervención divina, lxs astrólogxs creen en la misma, pero en vez de convocar a Jesucristo, consultan los horóscopos para poder predecir lo que está por venir. Otrxs aún cargan con amuletos para la buena suerte y piensan que sin su emblema no están protegidxs, ni afortunadxs. Sea por religión, tradición o cultura, de alguna u otra manera intentamos conectar e interactuar con lo sobrenatural para desafiar las posibilidades de nuestra realidad.

Entonces, ¿qué hacemos cuando la cultura y la religión se cruzan? Creo que deberíamos de aprender y entender. La cultura y la religión no se cruzan por error, sino más bien por necesidad y complementación. Como ya les he compartido antes, en el artículo de la Noche de San Juan, en Latinoamérica existen una gran variedad de festivales, banquetes y rituales que están sincronizados con nuestras culturas y tradiciones. El progresismo y los avances tecnológicos han acaparado muchos sistemas de fe, sin embargo, la espiritualidad expresada en diversas maneras, continúa siendo parte de quienes somos como seres humanxs. Como teologxs tenemos que prepararnos para entender mejor a nuestras comunidades en su contexto para poder llevar el mensaje de Dios con mejor reflexión. El sociólogo Harold J. Recinos, dice que «las iglesias de la línea principal tienen más presión hoy día que nunca, para adaptar las culturas con el fin de extender la vida futura de sus iglesias.»[6] En otras palabras, Dios se manifiesta entre las culturas como parte de nuestra identidad como seres humanxs y podemos mejorar nuestra función como comunidades eclesiásticas si consideramos este acercamiento. Solo caminando juntxs y reconociendo nuestras tradiciones peculiares es que podemos aceptarnos unxs a otrxs para poder convivir, compartir y amar. Celebremos como canta Miguel en unidad,

            “Ay mi familia, oiga mi gente,

canten a coro nuestra canción,

amor verdadero nos une por siempre,

en el latido de mi corazón.”[7]

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[1] Carol R. Ember and Melvin Ember, “Cultural Anthropology”, (Hoboken, NJ: Pearson Education, Inc., 2015), 333.

[2] Day of the Dead in Mexico in 2021, https://www.officeholidays.com/holidays/mexico/day-of-the-dead. Accedido 09/29/2021.

[3] Himilce Novas, “Everything You Need To Know About latino History”, (NY, New York: Penguin Putnam Inc.), 122.

[4] Novas, “Everything You Need To Know About latino History”, 122.

[5] Ibid.

[6] Harold J. Recinos, “Who Comes in the Name of the Lord?: Jesus at the Margins”, (Nashville, TN: Abingdon Press, 1997) p. 83.

[7] Anthony Gonzalez, “Proud Corazón”, (Coco, Walt Disney Music Company, 2017).

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Comments
  • PAblo Oviedo

    rico y multidisciplinar ensayo Alex, celebremos e incluyamos la diversidad cultural ¡¡¡¡

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