¡Una talla de zapatos NO nos sirve a todos/as!
Esta expresión, que es una traducción del inglés “one size fits all”[1] o ‘una talla (zapatos, ropa, etc.) les queda a todos/as’ es una expresión bastante interesante en la cultura popular de los EE. UU.[2] La expresión, que ha sido popular por las últimas 5 décadas, atesta al mito popular que existe de que somos o nos moldeamos a una sola cultura, o un solo modo de pensar y vivir. Una talla, un zapato, nos queda a todos/as, es sinónimo a una idea que refleja la falta de visión en cuanto a la diversidad, las culturas, y las diferencias que existen en el mundo. El problema con esta visión popular es que muchas iglesias tristemente influenciadas por la cultura popular han adoptado este mantra social (queriendo o no) y él es reflejado en muchas de las “respuestas”[3] que tenemos hoy día a los problemas contemporáneos que enfrentamos.
Es aquí donde la Ética entra en las conversaciones que debemos tener. Deliberación de cuáles son, o pueden ser los caminos que debemos tomar para dar respuesta a muchas crisis que enfrenta tanto la Iglesia global como cada congregación local es indispensable.
La ética es esa reflexión seria, robusta. Es una rama de la filosofía muy importante para la aplicación pastoral. Incluso, hay personas que argumentan que la ética es la guía de todo pensamiento filosófico, y por ende, teológico.[4] Pero la ética y lo que ella implica sigue siendo algo confuso, no solo para líderes religiosos, sino también para la población laica de nuestras iglesias.
En este artículo quiero hacer un acercamiento no solo a la ética, ¿qué es?, ¿cómo se aplica?, etc., sino que también quiero explicar cómo podemos incluso hablar de temas éticos relevantes hoy día, sin tener que entrar en un marullo cíclico filosófico, que no nos lleva a nada. Sin tener que pensar tanto, que nos quite las ganas de proceder, y sin hablar tanto, que no nos deje espacio para actuar. Al final del día, Jesús nos dejó muchísimas enseñanzas éticas, que enmarcan una vida integral, una vida pastoral que relaciona la persona, la comunidad y nuestro medio ambiente. También, Jesús nos dejó bien claro que la ética la vivimos, la sentimos, y que ella nos mueve a la acción, a la inclusión y al entendimiento.[5]
Pero creo que es prudente empezar desde el principio: ¿Qué es la ética? Esta es la pregunta clave de lo que viene a continuación. Muchas personas definen la ética como un sistema de valores morales que guían el comportamiento del individuo (o de un grupo) dentro de la sociedad. La ética también puede ser definida, como la reflexión honesta de lo que es considerado válido (o no) y de cómo estos valores comparan con valores aceptados en otros grupos. Dichos valores, son en sí, lo que se entiende como la moral (o los valores morales). Esta relación entre los valores morales y la ética la podemos entender con una simple analogía: la ética es un par de zapatos (volviendo a la expresión cultural del principio), que podemos ponernos y nos llevan a donde queremos ir, con ellos podemos caminar o bailar, y se nos hace más fácil caminar por diferentes terrenos. Los valores morales, por otro lado, son los estilos de zapatos que usamos, los componentes de cada zapato, los colores, etc. Dichos componentes afectan al zapato en sí, pero al final del día, sigue siendo un par de zapatos. Los colores, las marcas, o las tayas o estilos, no cambian el hecho que sean zapatos, no los hacen un abrigo, o una silla. Por ejemplo, si te pones unos zapatos para correr, vas a estar mejor en algunos terrenos más ásperos. Si te pones unos zapatos de fiesta, es más difícil participar en un maratón o hacer ejercicios con ellos.
En esta simple analogía, podemos ver cómo los diferentes estilos o componentes de cada par de zapatos, (o los valores morales) afectan a donde podemos ir, lo rápido que podemos correr, etc. De la misma forma, nuestros valores morales afectan como pensamos, cómo aplicamos dichos valores a un sistema ético (o a un conjunto de valores) en toda situación diaria que enfrentamos.
Aunque hay personas que utilizan los términos de una forma intercambiable, es práctico entenderlos en sus propias definiciones y funciones. ¿Por qué? Porque de una manera práctica pastoral, o sea, desde una reflexión ética cristiana, es más fácil identificar dichos valores y verlos de forma individual o colectiva en cuanto a los valores éticos que vemos plasmados en las escrituras. De esta forma podemos ver como dichos valores no solo son vistos hoy día, pero podemos ver cómo el cuerpo de Cristo los han visto, definido y usado a través de nuestro cuerpo histórico. Pensémoslo de esta forma, la moralidad siempre requiere una persona o comunidad viviendo de cierta manera y que incluye a otras personas, cosas y ellos/as mismos.[6]
Esto trae a la luz otra problemática que es importante definir. ¿Cuáles son los diferentes puntos de partida de la ética? O sea, ¿cómo comienza y cómo es aplicada? Esto también requiere un poco de pensamiento crítico que veremos en un momento.
Para responder a esta problemática, es importante definir dos términos. El agente moral, y el recipiente moral. ¿Quiénes son? Y ¿Cómo los identificamos? El agente moral, no es nada más que tú y yo. O sea, la persona (o grupo) que actúa, que piensa, que ve y analiza algún tipo de solución a una problemática en un momento dado. A quién va dirigida dicha respuesta (bien sea una persona o grupo) es el recipiente moral.
La ética considera todo este conglomerado de acciones y valores que las informan. De la misma forma, la ética cristiana añade un paso más a este pensamiento linear. La ética cristiana añade a la persona de Jesús, su vida y ministerio (y de una forma implícita las escrituras) en medio de estas relaciones entre el agente(s), el medio que les rodea, y el recipiente(s) moral(es). La ética cristiana es entonces, directamente informada por nuestro entendimiento de los valores morales que existen en la biblia y en la vida y ministerio de Jesús.
De una forma práctica, esto es lo que entendemos como la vida pastoral. La vida que refleja dicha relación Jesús/persona/comunidad de una forma integral. De la misma forma, vemos como la vida pastoral no tiene un solo molde, un solo zapato, una sola respuesta. Cada situación es contextual y cada problemática que enfrentamos, necesita reflexión, acción y respuesta. ¡¡NO toda talla le queda a todo el mundo!! Y no todo zapato puede ser usado por toda persona. Esto es el caminar, esto el vivir, estar cerca de la justicia y el cual nos lleva, nos mueve a la acción. Cuando Jesús y su ética nos confronta, no podemos ser inmóviles, no podemos ser inútiles.
En el próximo artículo seguiré explicando sistemáticamente cómo la ética cristiana ha sido interpretada a través de la historia. ¿Qué ha dicho la iglesia? Y cómo esto puede ser aplicado. También hablaré de las implicaciones del sermón del monte y los parámetros que Jesús dejó en su famosa exposición a la Iglesia global.[7]
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[1] https://dictionary.cambridge.org/us/dictionary/english/one-size-fits-all [2] Le doy gracias a mi hermano Carlos Mejia, por ser el que me dio la idea de esta frase y de cómo la hemos visto en muchas respuestas que damos a problemas contemporáneos. Estoy muy agradecido de Carlos de todos los debates constructivos que tenemos. [3] Un ejemplo claro de esto es la problemática migratoria que enfrenta la iglesia en los EE. UU. Para más información ver: https://caminandoenjusticia.com/en-medio-del-caminar-una-historia-mas/ [4] Por ejemplo, Sócrates pensó que la reflexión ética está alineada a saber lo que es una vida que valga la pena vivir. La pregunta clave es: ¿Cuál es esa vida? Y ¿Quién la puede vivir? ¿Qué factores la hacen que valga la pena? Es ahí donde las diferencias entre culturas, y lugares salen a la luz. Lo que sí sabemos que Sócrates delineo fue la importancia de dicha reflexión. Para más información ver: Wayne G. Boulton, Thomas D. Kennedy, and Allen Verhey, Editors. From Christ to the World: Introductory Readings on Christian Ethics. (Grand Rapids, Michigan. William B. Eerdmans Publishing Company. 1994), 3. [5] Mateo 19:14 habla de los parámetros del reino de Dios y su justicia. Esto es parte esencial de lo que quiero argumentar aquí. [6] Boulton, Kennedy, and Verhey, Editors. From Christ to the World, 4. [7] Glen H. Stassen, David P. Gushee. La Ética Del Reino. Siguiendo a Jesús en un contexto contemporáneo. (El Paso, TX. Editorial Mundo Hispano. 2007), 12. Igual que Stassen and Gushee, seguiré el parámetro del sermón del monte como guía ética que informa la vida y ministerio de la iglesia.