Las mujeres sufren violencia, y solo las violentas arrebatan la justicia

 In Caminando en Justicia, Sexualidad Humana, Teología y Cultura, Violencia de Género

“Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora,

el reino de los cielos sufre violencia,

y los violentos lo arrebatan”.

-Mateo 11:12

 

Mateo 11:1-19

En mi país (México) se dice que cada día mueren 10 mujeres víctimas de feminicidio, aunque hay quienes afirman que son 11 o más. La violencia feminicida es solo la conclusión trágica de muchas otras que todos los días se viven en muchas partes del mundo. Para una mujer en México la vida cotidiana implica leer en redes sociales 3 o 4 carteles de mujeres desaparecidas al día, salir a la calle con miedo, tener medidas de precaución extra a las de un ciudadano común, y exponerse en la vida pública y privada a exclusiones y discriminaciones. Todos los días hay madres que derraman lágrimas de desesperación y tristeza por saber que sus hijas no volverán a casa, que sus risas se han apagado y que ya no se sentarán a cenar a la mesa. He de destacar que estas violencias, ubicadas en la categoría de género no son las únicas a las que las mujeres estamos expuestas, a ello se le suman todas las que en general se sufren en nuestras sociedades. La violencia nos roba todos los días un cachito de corazón, a algunas les ha quitado la esperanza, el gozo y a varios miles, la vida.

Hace décadas que las mujeres han comenzado a organizarse, según su época, para conseguir los derechos que nos corresponden y siempre ha estado presente el derecho mayor, ese que como don preciado nos ha sido otorgado por Dios, el de la vida digna. En ocasiones me parece tan irreal y absurdo tener que luchar por el derecho a vivir, pero tristemente así es.

El movimiento feminista tiene varias dimensiones, es político sí, pero hoy también quiero llamarlo profético y evangelístico, ¡caray, hasta escatológico! Estas mujeres despiertan todos los días en un mundo lleno de violencias, y con todo han decidido con valentía denunciar el pecado estructural llamado patriarcado, que nos está matando. Pero no solo se limitan a decir todo lo que está mal, también luchan por justicia y, aún más importante, el movimiento feminista nos habla de otros mundos posibles, un espacio donde las mujeres podamos vivir con paz, amor, justicia, libertad y dignidad. Así es, estas mujeres proclaman las buenas nuevas del Reino de los Cielos.

Muchos son los textos bíblicos que me interpelan para decir esto, pero ahora quisiera que observemos el que está citado al inicio, y hagamos una relectura de él entorno a este movimiento.

Cuando los discípulos del Bautista se acercan a Jesús para preguntarle acerca de su ministerio, él les pide que observen sus hechos [vv.5], a nosotras también nos han cuestionado, pues existe la duda de si en verdad estas mujeres luchan por la justicia, y nosotras les decimos ¡observen los hechos! ¡Vean lo que se ha logrado! Las mujeres hemos encontrado un espacio de escucha y de acompañamiento, ya no estamos solas, las que teníamos una venda sobre los ojos que nos subyugaba ahora se ha quitado, hemos recobrado la vista, hemos encontrado libertad. Ahora saltamos de alegría y nos convocamos como hermanas para bailar juntas, en armonía.

¿Qué salen a ver a las calles? [vv.7,8] ¿A un grupo de mujeres a quienes llaman locas o feminazis? ¿Por qué siguen buscando exponernos, exponer nuestras debilidades cuando somos fuertes? ¿Buscan ver a mujeres calmadas, hablando tranquilamente de todas a las que les han matado? ¿Gente políticamente correcta? Quienes hablan así están tranquilos gozando de su privilegio a la seguridad y de la comodidad de ser los perpetradores de la violencia.

Hace tiempo leía este versículo [vv.12] que desde la adolescencia me causaba ruido, y que es el lema de las Fraternidades de Hombres Metodistas, y pensaba en que quizá este es el único pasaje donde textualmente hemos avalado la violencia. Aunque algunos traductores usarán también la palabra fuerza para traducir del griego βιάζεται[1], pero en cualquiera de los dos casos el autor está haciendo referencia a accionar de forma contundente, está invitando a usar la fuerza como una forma de resistencia.

En primera instancia es un poco sorprendente que sea el mismo Jesús quien nos invita a “hacer fuerza” o “actuar violentamente”, pero si hacemos memoria de su ministerio nos damos cuenta de que constantemente está usando este recurso. No olvidemos que el contexto de este pasaje se da durante la estadía del Bautista en la cárcel, le habían aprehendido por predicar acerca de las Buenas Noticias para las personas desamparadas, eso claro, representaba un peligro para aquellos que mantenían la represión, su poder quedaba desestabilizado, por esa razón lo mejor era callar a aquellos que se atrevían a levantar la voz, a clamar en el desierto. En esa trama es que Jesús denuncia que se está ejerciendo violencia contra aquellos que declaran un reino nuevo, y entonces declara que cuando se está reprimiendo de esa forma a los profetas, el camino a seguir es el de la fuerza, la resistencia, el incomodar a los que usan el poder para dominar.

No quiero que se mal interprete lo que estoy diciendo, no busco hacer una apología de la violencia como arma de abuso de poder, pues nos queda bien claro que el fundamento del ministerio de Jesús es el amor, pero entonces ¿cómo podríamos hacer compatibles estos dos conceptos: amor y violencia/fuerza? Creo que entonces es importante distinguir entre dos tipos de violencia que menciona el texto, pues primero menciona la fuerza que es ejercida por aquellos que están en el poder, además se usa para callar voces arbitrariamente, a esta la llamaré “Violencia de la opresión”, el segundo tipo se trata de una violencia contestataria, que no tiene la misma clase de poder, pues no está legitimada por la vía de la legalidad, y esta no es usada para oprimir, sino para buscar poner la situación al parejo o en equidad e impedir que se sigan dando estas agresiones, a esta la llamaré “violencia para resistir”.

Ahora entonces respondo a mi pregunta anterior ¿Cómo pueden ser estos dos conceptos compatibles? Yo propongo a la resistencia como esa categoría que abraza a ambos, pues no hay amor más grande que el de poner la vida por las/los otros (Juan 15:13). Estos actos de resistencia pueden tener varias dimensiones, según el contexto, pero en cualquier caso son actos incomodos, poco ortodoxos y mal vistos. No olvidemos a Jesús cometiendo actos de desobediencia civil (sanando personas en el día de reposo), retando a la autoridad (al entrar triunfalmente a Jerusalén montado sobre un asno) y hasta agresivo (cuando tiró mesas y persiguió vendedores con látigo en mano).

Por eso hoy cuando se acusa a las mujeres feministas de ser violentas recuerdo este texto, pensando que Jesús nos interpela para hacer fuerza en contra de la violencia de la opresión¸ que las luchas por los derechos en muchas ocasiones se ganan incomodando, con actos heterodoxos, levantando la voz, siendo intensas y haciendo uso de la violencia para resistir cuando se trata de arrebatar la justicia que nos han quitado.

Sí, las mujeres sufrimos violencia, y solo las violentas arrebatan la justicia.

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[1] Diccionario conciso griego-español del Nuevo Testamento de Elsa Tamez e Irene Foulkes

βιά: f violencia, fuerza; uso de la fuerza

Probando Carolina Zamorano Martínez

Estudiante de 4° año de la Lic. en Teología en el Seminario Dr. Gonzalo Báez Camargo. Pastora en la Iglesia Metodista de México. Presidenta de la Comisión Misionera de mi Conferencia. Cofundadora del Colectivo Mujeres Ruaj, mujeres de fe feministas en la búsqueda de libertad, dignidad y justicia para todas.

 

 

 

 

 

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Showing 2 comments
  • Maria+Rodriguez

    Sin duda Cristo en su postulado utilizó la fuerza para hacerse sentir. Casi de la destrucción de ventas al frente del templo, y aún así lo que predicaba era el amor al prójimo dándole a cada quien justicia. No estoy de acuerdo con el movimiento feminazi. Las reinvindicación se conseguirá con la fuerza del conocimiento y los postulados del amor al prójimo. Muy interesante tu artículo.

  • Santos+A.+O'Neill

    “Cuando la tirania es ley, la revolución es orden.” Rene Perez.

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