Reflexión Teosocial sobre la Insurrección. Una Perspectiva Latina
El 6 de enero del 2021, el gobierno de los EE.UU y su democracia pasó por un momento de prueba y perplejidad. Mientras el congreso llevaba a cabo el conteo de votos electorales, para confirmar el ganador de las elecciones presidenciales del pasado 3 de noviembre, una multitud de protestantes coordinaban una insurrección en la capital de Washington D.C. contra senadorxs y congresistas que laboraban en ella.
Desafortunadamente, esta tragedia podrá ser recordada como una de las más desagradables en la historia de los EE.UU del siglo XXI. En el día del asalto fallecieron 5 personas, entre ellas un policía que fue herido en la multitud mientras defendía el Capitolio.[1] Lxs partidarixs de Trump destruyeron y vandalizaron un sinnúmero de monumentos, estatuas, ventanas y oficinas. Hasta ahora, el Departamento de Justicia ha presentado cargos contra más de 150 personas e identificado a cientos más como sospechosxs en el violento asalto al Capitolio de EE.UU.[2] Ya se han reportado dos casos de policías que han cometido suicidio a consecuencia de ser parte de la violenta insurrección.[3]
Este grupo de manifestantes intentaron detener el conteo electoral con la idea de favorecer al ex-presidente Trump, ya que en muchos de sus ‘tweets’, el ex-presidente expresaba su disgusto sobre los resultados finales. De esta manera, por medio de sus redes sociales, el ex-presidente influenció a sus seguidorxs y falsamente acusó a muchos Estados de “irregularidades” y de fraude electoral. Incluso, mucho antes de las elecciones, Trump había insinuado, con mucha certeza, que si perdía sería sólo por el simple hecho de corrupción y no por voto democrático. Estas acciones crearon gran incertidumbre y estrago en la nación.
Al ver esta triste situación de odio y desorden solo me llego a preguntar: ¿Qué tiene que decir la Iglesia Latina en los EE.UU? ¿Qué estamos haciendo como iglesia para involucrarnos en las necesidades del pueblo? Creo que como grupos de comunidades de fe, deberíamos abiertamente hablar de sucesos como este, donde muchxs se cuestionan el amor y la justicia de Dios. Es muy común ver cómo la nación pasa por momentos tan polarizantes y que en las iglesias no se atrevan a discutir sobre ellos. Por medio de este ensayo intento crear un espacio donde podamos reflexionar sobre los sucesos que ocurrieron en el Capitolio de los EE.UU desde una perspectiva latina. Utilizaré la sociología, la historia, y la teología como herramientas de interpretación.
Enfoque sociológico
La insurrección que sucedió el pasado 6 de enero del 2021 en el capitolio de EE.UU puede ser categorizada como un comportamiento colectivo. Por definición, el comportamiento colectivo es un comportamiento espontáneo de personas que responden a estímulos similares.[4] Grupos en la sociedad pueden reaccionar a distintos estímulos por diferentes razones, por ende, científicos sociales reconocen una variedad de comportamientos colectivos que se practican en la sociedad. Estos comportamientos espontáneos involucran una interacción social (central o remota) en donde lxs participantes están conectadxs y unidxs en una red de influencia mutua. En el caso de lxs partidarixs de Trump, fue una combinación de ambas interacciones, central y remota, que iniciaron el asalto al Capitolio. Ha este imprevisto comportamiento colectivo, se le puede aplicar la teoría de Gustave Le Bon, conocida como teoría del contagio. El erudito francés describió esta teoría como una que se centra en la difusión de emociones en una multitud. A medida que aumenta la intensidad emocional en la multitud, la gente pierde temporalmente su individualidad ante la “voluntad” de la multitud.[5] Esta difusión de violentas emociones fueron inculcadas por el ex-presidente Trump al expresar falsos rumores (interacción social remota) sobre irregularidades durante el proceso electoral. Luego, diferentes grupos de milicia marcharon hacia el Capitolio, convirtiéndose en una turba (mafia) social. Una turba es una multitud desordenada y emocionalmente estimulada que está lista para usar la destructividad y la violencia para lograr un propósito.[6]
Me gustaría hacer un pequeño paréntesis y enfatizar la diferencia de otros comportamientos colectivos que se han manifestado recientemente en los EE.UU. Por ejemplo, el movimiento Black Live Matters, aunque hubo manifestaciones destructivas y la violencia deliberada, no tienen el sentido de propósito de la turba (mafia) social. De acuerdo a Robert W. Greene and Jon M. Shepard,
“Estos episodios de violencia y destrucción de masas se conocen como disturbios. Los disturbios involucran una gama mucho más amplia de actividades que la acción de las mafias sociales. Mientras que una turba puede surgir para quemar un edificio en particular, linchar a un individuo o lanzar bombas contra el automóvil de un funcionario del gobierno, los alborotadores a menudo dirigen su violencia y destructividad hacia los objetivos simplemente porque son convenientes. Las personas que participan en disturbios generalmente carecen de poder y se involucran en comportamientos destructivos como una forma de expresar sus frustraciones.”[7]
Ambos comportamientos colectivos pueden ser destructivos y violentos. Tampoco se pueden percibir si uno es mejor que el otro, ya que ambos son fenómenos sociales. En cambio, sí podemos reflexionar y evaluar sus respectivas razones, circunstancias, y enterezas.
El ataque de 1954
Uno de los más recientes ataques que ha ocurrido contra el Capitolio de EE.UU fue el de 1954, protagonizado por cuatro puertorriqueñxs nacionalistas: Irvin Flores, Rafael Miranda, Lolita Lebrón, y Andrés Cordero. Este ataque, dirigido por Lolita Lebrón, fue un llamado hacia la liberación de Puerto Rico y su relación con los EE.UU. Lxs nacionalistas abrieron fuego en la casa de representantes hiriendo a varios congresistas en el acto. Todos los periódicos reportaron sobre el incidente contándolo como un comportamiento cobarde y terrorista. Ahora bien, ¿Por qué estxs nacionalistas fueron acusadxs como peligrosxs y condenadxs a prisión, y aquellxs que participaron el pasado 6 de enero como patriotas? ¿Por qué el mismo comportamiento es aceptado para algunas personas, pero para otras no? Ambos ataques fueron motivados por diferentes razones, sin embargo, tuvieron similares comportamientos y aun así fueron vistos por la sociedad como diferentes.
Antecedentes en la historia de Estados Unidos
Cuando vi protestantes ondeando la bandera de la confederación por los pasillos del Capitolio me pregunté: “¿Qué diría el gran General Ulysses S. Grant sobre esto? ¿Saldrá Abraham Lincoln de su tumba? La ironía de que el norte haya luchado en las Batallas de Antietam y de Gettysburg para que la bandera de la confederación no fuera victoriosa y ahora, 158 años después se esté paseando libremente en la capital es impresionante. Aunque la esclavitud no inicio la guerra civil, si fue una de los motivos para traer liberación a todxs lxs Afroameircanxs que estaban cautibxs por el sur. Abolicionistas como Frederick Douglas y Harriet Tubman batallaron contra la esclavitud y el maltrato que existía en el sur. Por temor a perder su dependencia económica basada en la esclavitud, el sur no quería liberar a lxs Afroamericanxs. Muchxs Sureñxs creían que lxs Afroamericanxs eran una raza inferior y deberían de ser subyugadxs. Esto y muchas cosas más es lo que simboliza la bandera de la confederación. ¿Cómo es posible que símbolos esclavistas todavía sean permitidos? Pero aún más importante: ¿Por qué los manifestantes no ven estos actos como racistas?
Privilegio Anglosajón
En los pasados 5 años se han visto muchas manifestaciones en contra del abuso policiaco hacia minorías, específicamente Afroamericanxs. Movimientos como el que describí en “6 Argumentos Sobre George Floyd y Violencia Racial” entre otros, dan a luz la discriminación que muchas minorías enfrentan en lo cotidiano. Eric Garner, en el 2014, murió ahorcado por policías simplemente por vender cigarrillos libres de impuestos afuera de una tienda.[8] Ahmaud Arbery, en el 2020, murió después de haber sido perseguido y baleado por vecinos en el área que pensaron que él era un sospechoso por la única razón que ellos no le conocían.[9] George Floyd, en Mayo 25 del 2020, murió asfixiado por policías solamente por haber intentado comprar comestibles con un cheque sin fondos.[10] Sin embargo, en las imágenes de lxs partidarixs de Trump podemos ver que estaban armados con todo tipo de calibres y municiones. No solamente estaban armados sino que públicamente expresaban sus intenciones de insurreccionar el Capitolio. Y a pesar de todo esto, el trato hacia estos manifestantes fue diferente. Se puede presenciar, claramente, una inconsistencia en la justicia criminal y otras instituciones sociales, entre individuxs de piel clara y piel oscura.
Sanación y Reconciliación
En una de mis clases sobre el Holcausto le pregunté a mis estudiantes: ¿Cuántxs están dispuestxs a hacer lo que sea para defender a sus seres queridos? Todxs contestaron que sí con gran certeza. Luego les pregunté que si ¿estarían dispuestxs en hacer lo mismo por un extrañx que es inocente? La clase quedó en silencio. Les comenté sobre lo peligroso de estar “en silencio” cuando vemos personas que lastiman a otrxs que no pueden defenderse por sí mismx. Según Lisa Christina, en El silencio es cómplice, dice que “el silencio es un acto de complicidad, lo que significa que permanecer en silencio es ser cómplice del acto. Esto puede tener varias interpretaciones. Puede significar que permanecer en silencio mientras somos testigos de alguien que es atacadx o heridx físicamente o verbalmente es ser cómplice del dolor”. ¿Crees que la Iglesia se hace cómplice del dolor de lxs, oprimidxs al no involucrarse en su solución?
Antes de la sanación tiene que haber reconciliación, y antes de la reconciliación tiene que haber perdón, y antes del perdón, tiene que haber arrepentimiento, y antes del arrepentimiento tiene que haber reconocimiento. Me da mucha pena decir que todavía, como nación y como Iglesia Latina en los EE.UU estamos en la fase del reconocimiento. Todavía estamos en necesidad de reconocer que como Iglesia tenemos que intervenir en el abuso racial. Nos falta reconocer que Jesús luchó por lxs desamparadxs. Es necesario entender que Jesús nos llamó a tomar acción.
__________________________________________________
[1] Eric Levenson, Amir Vera and Mallika Kallingal, “What we know about the 5 deaths in the pro-Trump mob that stormed the Capitol”, https://www.cnn.com/2021/01/07/us/capitol-mob-deaths/index.html. Accedido 1/31/2021.
[2] Alana Wise and Ryan Lucas, “Hundreds Identified, More Than 100 Arrested In Connection With Capitol Insurrection”, https://www.npr.org/sections/insurrection-at-the-capitol/2021/01/26/960861088/hundreds-identified-more-than-100-arrested-in-connection-with-capitol-insurrecti. Accedido 1/31/2021.
[3] Paul D. Shinkman, “Second Officer Commits Suicide After Responding to Capitol Siege”, https://www.usnews.com/news/national-news/articles/2021-01-27/second-officer-commits-suicide-after-responding-to-capitol-siege. Accedido 1/31/2021.
[4] Robert W. Greene and Jon M. Shepard, “Sociology and You”, (New York, NY: McGraw-Hill Education, 2014). Teacher Resources: Collective Behavior.
[5] Greene and Shepard, “Sociology and You”, (New York, NY: McGraw-Hill Education, 2014). Teacher Resources: Collective Behavior.
[6] Greene and Shepard, “Sociology and You”.
[7] Grene and Shepard,“Sociology and You”.
[8] Al Baker, J. David Goodman and Benjamin Mueller, “Beyond the Chokehold: The Path to Eric Garner’s Death”, https://www.nytimes.com/2015/06/14/nyregion/eric-garner-police-chokehold-staten-island.html. Accedido 02/03/2021.
[9] Richard Fausset, “What We Know About the Shooting Death of Ahmaud Arbery”, https://www.nytimes.com/article/ahmaud-arbery-shooting-georgia.html. Accedido 02/03/2021.
[10] Evan Hill, Ainara Tiefenthäler, Christiaan Triebert, Drew Jordan, Haley Willis and Robin Stein, “How George Floyd Was Killed in Police Custody”, https://www.nytimes.com/2020/05/31/us/george-floyd-investigation.html. Accedido 02/03/2021.